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En medio de las recientes sanciones impuestas por el Departamento de Estado de Estados Unidos, el ex procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, se pronunció hoy expresando su resistencia a la persecución constante, aunque subrayó su sorpresa y descontento al ver a su familia también afectada.

Ayer, el Departamento de Estado tomó la decisión de sancionar a Rodríguez, su esposa María Isabel Pérez Sallent y sus dos hijos menores de edad, como parte de una medida contra una treintena de personas, acusándolos de «corrupción significativa al apropiarse indebidamente de fondos públicos destinados a proyectos de infraestructura e instituciones gubernamentales financiados por el estado».

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En una declaración emitida hoy, Rodríguez afirmó: «Estoy acostumbrado al pleito y a la persecución contra mí, no así contra mi familia». Estas palabras reflejan su asombro ante la extensión de las sanciones a sus seres queridos, marcando un punto de inflexión en la situación que enfrenta.

La medida del Departamento de Estado, que incluye la revocación de visas para Rodríguez y su familia, se basa en la sección 7031(c), que establece que cuando hay información creíble sobre la participación de funcionarios extranjeros en corrupción o violaciones graves de derechos humanos, ellos y sus familiares no son elegibles para ingresar a los Estados Unidos.

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Rodríguez sugiere que estas sanciones derivan de información proporcionada por la Procuraduría General de la República, específicamente relacionada con su participación en el caso Medusa.

Este caso, que aún espera juicio de fondo, involucra a Rodríguez y a otras 41 personas físicas y 22 empresas, acusados de varios delitos, incluyendo asociación de malhechores y estafa contra el Estado.

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Recordemos que Jean Alain Rodríguez fue detenido en junio de 2021 en relación con la operación Medusa, permaneciendo en prisión preventiva durante 18 meses. Posteriormente, en enero pasado, fue liberado de la cárcel y actualmente cumple arresto domiciliario con grilletes electrónicos.

Estas recientes revelaciones añaden un nuevo capítulo a la compleja trama de acusaciones y sanciones que rodean a Jean Alain Rodríguez, destacando la dimensión familiar de las consecuencias legales y generando un debate sobre la conexión entre las acciones individuales y su impacto en los seres más cercanos.

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