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En marzo, en el marco del Campeonato Mundial Master de Natación en Doha, Catar, una figura destacó entre todas: Eliana Busch, una chilena de 89 años, se lanzó a la piscina con una determinación sin igual. Con un historial de competiciones impresionante, esta nadadora demostró que la edad es solo un número y que el espíritu competitivo no tiene límites.

Aunque sus rivales esperadas no se presentaron, Eliana no se amilanó. Decidió desafiar sus propios límites y competir contra sí misma. Con cada brazada, buscaba superar sus propios récords y dejar una huella imborrable en el mundo de la natación.

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Y vaya si lo logró. En esta competencia reconocida por la Federación Internacional de Natación, Eliana se bañó en gloria al obtener cuatro medallas de oro en los 100 y 200 metros libres, así como en los 50 metros pecho y espalda. Su destacada actuación no solo la consagró como una leyenda en este deporte, sino que también rompió récords, como en la prueba de 50 metros espalda, donde estableció un nuevo estándar mundial al completar la distancia en un tiempo impresionante de un minuto y cuatro segundos.

Pero el éxito de Eliana no es solo producto de su habilidad en el agua, sino también de su espíritu indomable y su amor por el deporte.

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Desde temprana edad, esta nadadora ha llevado el deporte en la sangre. Con una carrera que comenzó a los 9 años, Eliana se convirtió en campeona nacional a los 13. A lo largo de su vida, ha incursionado en diversas disciplinas deportivas, desde la natación hasta la equitación, destacándose en cada una de ellas.

Sin embargo, fue un accidente a los 78 años lo que la llevó de regreso a las piscinas, esta vez para competir a nivel internacional. Desafiando las adversidades, incluido un ataque al corazón, Eliana ha demostrado una y otra vez su determinación y su pasión por el deporte.

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Hoy, a punto de cumplir 90 años, Eliana sigue entrenando con la misma intensidad y dando clases de natación en Viña del Mar, donde contagia su energía y disciplina a personas de todas las edades. Su mensaje es claro: la vida se vive hasta el último minuto, y la mente es la clave para superar cualquier obstáculo.

En un mundo donde la juventud a menudo se asocia con el éxito deportivo, Eliana Busch nos recuerda que la verdadera grandeza no tiene edad. Su historia es un ejemplo inspirador de cómo el amor por el deporte y la determinación pueden llevarnos a alcanzar nuestras metas, sin importar cuán lejos parezcan estar.

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