Cómo Instalar Linux Junto a Windows en un Mismo Ordenador

En este artículo, te guiaremos paso a paso para instalar Linux junto a Windows en un mismo ordenador, permitiéndote disfrutar de lo mejor de ambos sistemas operativos. Exploraremos cómo elegir la distribución de Linux adecuada, preparar un USB de arranque, liberar espacio en tu disco duro y realizar la instalación de manera segura. Además, te mostraremos cómo configurar el arranque dual para que puedas seleccionar fácilmente entre Windows y Linux cada vez que inicies tu ordenador. Esta guía está diseñada para ser accesible incluso para aquellos que no tienen experiencia previa con Linux, asegurando una transición suave y sin complicaciones.

Requisitos previos

Antes de comenzar con la instalación de Linux junto a Windows en tu ordenador, es fundamental asegurarse de cumplir con ciertos requisitos previos para garantizar un proceso fluido y sin contratiempos. A continuación, se detallan los aspectos más importantes a considerar:

  1. Respaldo de Datos: Realiza una copia de seguridad completa de todos tus datos importantes en Windows. Aunque el proceso de instalación de Linux junto a Windows es generalmente seguro, siempre existe el riesgo de pérdida de datos debido a errores imprevistos. Utiliza un disco duro externo, una unidad USB o un servicio de almacenamiento en la nube para almacenar tus archivos más valiosos.

  2. Espacio en Disco: Verifica que tienes suficiente espacio libre en tu disco duro para instalar Linux. Generalmente, se recomienda tener al menos 20 GB de espacio libre para la instalación de la mayoría de las distribuciones de Linux. Puedes liberar espacio eliminando archivos innecesarios o utilizando la herramienta de administración de discos de Windows para reducir el tamaño de la partición de Windows.

  3. Compatibilidad del Sistema: Asegúrate de que tu hardware es compatible con la distribución de Linux que planeas instalar. La mayoría de las distribuciones modernas de Linux son compatibles con una amplia gama de hardware, pero es una buena práctica verificar los requisitos del sistema en el sitio web oficial de la distribución elegida. Además, asegúrate de que tu CPU es compatible con la versión de 32 o 64 bits de la distribución.

  4. Descarga de la Distribución de Linux: Descarga la imagen ISO de la distribución de Linux que deseas instalar desde su sitio web oficial. Asegúrate de descargar la versión correcta (32 o 64 bits) según la arquitectura de tu CPU. También es recomendable verificar la integridad del archivo ISO utilizando las sumas de verificación proporcionadas en el sitio web de la distribución.

  5. Herramienta de Creación de USB de Arranque: Descarga e instala una herramienta para crear un USB de arranque, como Rufus, UNetbootin o Etcher. Estas herramientas te permitirán transferir la imagen ISO de Linux a una unidad USB, que utilizarás para arrancar el ordenador e iniciar el proceso de instalación.

Elegir una distribución de Linux

Elegir una distribución de Linux es un paso crucial para asegurar una experiencia de usuario satisfactoria. Si eres principiante, es recomendable optar por distribuciones que sean conocidas por su facilidad de uso y buen soporte comunitario. Ubuntu y Linux Mint son dos de las opciones más populares en este sentido. Ambas distribuciones ofrecen interfaces intuitivas y una amplia gama de software preinstalado, lo que facilita la transición desde Windows.

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Además, es importante asegurarse de que la versión de la distribución que elijas coincida con la arquitectura de tu CPU, ya sea de 32 o 64 bits. La mayoría de los ordenadores modernos utilizan una arquitectura de 64 bits, pero si tu equipo es más antiguo, es posible que necesites una versión de 32 bits. Verificar esta compatibilidad te ayudará a evitar problemas durante la instalación y a garantizar un rendimiento óptimo del sistema operativo.

Descargar la imagen ISO de Linux

Para comenzar, necesitas descargar la imagen ISO de la distribución de Linux que has elegido. La imagen ISO es un archivo que contiene todos los datos necesarios para instalar el sistema operativo. Visita el sitio web oficial de la distribución, como Ubuntu o Linux Mint, y busca la sección de descargas. Asegúrate de seleccionar la versión correcta para tu arquitectura de CPU, ya sea de 32 bits o 64 bits.

Una vez en la página de descargas, selecciona el enlace correspondiente para iniciar la descarga de la imagen ISO. Este archivo puede ser bastante grande, por lo que la descarga puede tardar un tiempo dependiendo de la velocidad de tu conexión a Internet. Guarda el archivo en una ubicación fácil de recordar en tu ordenador, ya que lo necesitarás en el siguiente paso para crear el USB de arranque.

Crear un USB de arranque

Para crear un USB de arranque, primero necesitas descargar la imagen ISO de la distribución de Linux que has elegido. Visita el sitio web oficial de la distribución, como Ubuntu o Linux Mint, y descarga la versión adecuada para tu sistema (32 o 64 bits). Asegúrate de guardar el archivo ISO en una ubicación fácil de recordar en tu ordenador.

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Una vez que tengas la imagen ISO, necesitarás una herramienta para transferirla a un USB. Una de las herramientas más recomendadas es Rufus, que es gratuita y fácil de usar. Descarga e instala Rufus desde su sitio web oficial. Inserta un USB en tu ordenador (asegúrate de que no contenga datos importantes, ya que será formateado durante el proceso).

Abre Rufus y selecciona tu USB en el campo "Dispositivo". Luego, en el campo "Selección de arranque", haz clic en "Seleccionar" y busca la imagen ISO que descargaste previamente. Asegúrate de que las opciones de partición y sistema de archivos sean correctas (por lo general, GPT para UEFI y FAT32). Finalmente, haz clic en "Empezar" para iniciar el proceso de creación del USB de arranque. Una vez completado, tendrás un USB listo para instalar Linux en tu ordenador.

Liberar espacio en el disco duro

Desde Windows, es fundamental liberar espacio en el disco duro para hacer sitio a la nueva instalación de Linux. Para ello, abre la herramienta de administración de discos. Puedes acceder a esta herramienta haciendo clic derecho en el botón de inicio y seleccionando "Administración de discos". Una vez dentro, verás una representación gráfica de las particiones de tu disco duro.

Identifica la partición donde está instalado Windows, generalmente etiquetada como "C:". Haz clic derecho sobre esta partición y selecciona "Reducir volumen". El sistema calculará cuánto espacio puede liberar. Introduce la cantidad de espacio que deseas liberar para Linux, asegurándote de dejar suficiente espacio para que Windows funcione correctamente. Una vez que hayas decidido la cantidad, confirma la operación y espera a que el proceso termine. Ahora tendrás un espacio no asignado en tu disco duro, listo para la instalación de Linux.

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Configurar la BIOS/UEFI para arrancar desde USB

Para poder arrancar desde el USB y proceder con la instalación de Linux, es necesario configurar la BIOS o UEFI de tu ordenador. Primero, reinicia tu ordenador y accede a la BIOS/UEFI. Esto generalmente se hace presionando una tecla específica durante el arranque, como F2, F10, F12, Esc o Supr, dependiendo del fabricante de tu placa base.

Una vez dentro de la BIOS/UEFI, busca la sección de "Boot" o "Arranque". Aquí, deberás cambiar el orden de arranque para que el USB sea la primera opción. En algunos sistemas, esto se puede hacer simplemente arrastrando el dispositivo USB al primer lugar en la lista de dispositivos de arranque. En otros, puede ser necesario seleccionar el USB desde un menú desplegable o usar las teclas de flecha para moverlo hacia arriba en la lista.

Después de ajustar el orden de arranque, asegúrate de guardar los cambios antes de salir de la BIOS/UEFI. Esto generalmente se hace presionando F10, pero puede variar según el sistema. Una vez guardados los cambios, tu ordenador debería reiniciarse y arrancar desde el USB, permitiéndote comenzar con la instalación de Linux.

Iniciar la instalación de Linux

Una vez que hayas preparado tu USB de arranque y liberado espacio en el disco duro, es momento de iniciar la instalación de Linux. Primero, conecta el USB de arranque a tu ordenador y reinícialo. Durante el arranque, deberás acceder al menú de arranque o BIOS/UEFI de tu ordenador. Esto generalmente se hace presionando una tecla específica como F2, F12, Esc o Supr, dependiendo del fabricante de tu placa base.

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En el menú de arranque, selecciona el USB como dispositivo de arranque. El ordenador debería iniciar desde el USB y mostrarte el menú de instalación de Linux. Aquí, selecciona la opción para probar o instalar la distribución de Linux que has elegido. La mayoría de las distribuciones te permitirán probar el sistema operativo sin instalarlo, lo cual es útil para asegurarte de que todo el hardware funciona correctamente.

Cuando estés listo para proceder con la instalación, haz clic en el icono de instalación en el escritorio. El instalador te guiará a través de varios pasos, incluyendo la selección del idioma, la configuración del teclado y la conexión a una red Wi-Fi. Uno de los pasos más importantes es la partición del disco. Selecciona la opción que te permita instalar Linux junto a Windows. El instalador automáticamente ajustará las particiones para hacer espacio para Linux sin afectar tu instalación de Windows.

Particionar el disco duro

Para instalar Linux junto a Windows, es crucial liberar espacio en el disco duro y crear particiones adecuadas. Primero, inicia sesión en Windows y abre la herramienta de administración de discos. Puedes acceder a esta herramienta haciendo clic derecho en el botón de inicio y seleccionando "Administración de discos". Una vez allí, identifica la partición principal de Windows, generalmente etiquetada como "C:".

Haz clic derecho en la partición de Windows y selecciona "Reducir volumen". El sistema calculará cuánto espacio se puede liberar. Es recomendable dejar al menos 20 GB para la instalación de Linux, aunque más espacio proporcionará una experiencia más cómoda. Introduce la cantidad de espacio que deseas liberar y confirma la operación. Este proceso puede tardar unos minutos, dependiendo del tamaño del disco y la cantidad de datos almacenados.

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Una vez que hayas reducido la partición de Windows, verás un espacio no asignado en el disco. Este espacio será utilizado para crear las particiones necesarias para Linux durante el proceso de instalación. No es necesario crear las particiones manualmente en este momento, ya que el instalador de Linux te guiará a través de este paso y te permitirá configurar las particiones de manera adecuada.

Configurar el arranque dual

Una vez completada la instalación de Linux, el sistema configurará automáticamente un gestor de arranque, generalmente GRUB (GRand Unified Bootloader), que te permitirá seleccionar entre Windows y Linux cada vez que inicies el ordenador. Este gestor de arranque se instala en el MBR (Master Boot Record) o en la partición EFI, dependiendo de si tu sistema utiliza BIOS o UEFI.

Al reiniciar el ordenador después de la instalación, deberías ver una pantalla de GRUB que te ofrece varias opciones de arranque. La opción predeterminada suele ser la nueva instalación de Linux, pero puedes usar las teclas de flecha para seleccionar Windows si prefieres iniciar en ese sistema operativo. Si no ves el menú de GRUB, es posible que necesites acceder a la configuración del BIOS/UEFI y cambiar el orden de arranque para que el disco donde se instaló GRUB sea el primero en la lista.

Es recomendable familiarizarse con las opciones de GRUB, ya que también permite acceder a modos de recuperación y otras configuraciones avanzadas. Si en algún momento deseas cambiar el sistema operativo predeterminado o ajustar el tiempo de espera en el menú de arranque, puedes editar el archivo de configuración de GRUB ubicado en /etc/default/grub y luego actualizar GRUB con el comando sudo update-grub.

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Finalizar la instalación

Una vez que hayas completado la instalación de Linux, el sistema te pedirá que reinicies el ordenador. Asegúrate de retirar el USB de arranque antes de que el sistema se reinicie para evitar volver a iniciar desde el medio de instalación. Al reiniciar, deberías ver un menú de arranque (GRUB) que te permitirá elegir entre iniciar en Windows o en Linux. Este menú es crucial para gestionar el arranque dual y te permitirá seleccionar el sistema operativo que deseas usar cada vez que enciendas tu ordenador.

Es recomendable probar ambos sistemas operativos para asegurarte de que todo funciona correctamente. Inicia primero en Linux y verifica que todos los controladores y dispositivos funcionen como se espera. Luego, reinicia y selecciona Windows para asegurarte de que tu instalación de Windows no se haya visto afectada. Si encuentras algún problema, puedes buscar soluciones específicas en foros de soporte de la distribución de Linux que hayas instalado o en la comunidad de usuarios de Windows.

Primer arranque y configuración inicial

Una vez completada la instalación de Linux junto a Windows, es momento de realizar el primer arranque y llevar a cabo la configuración inicial. Al reiniciar el ordenador, deberías ver un menú de arranque (GRUB) que te permitirá elegir entre iniciar Windows o tu nueva instalación de Linux. Selecciona la opción correspondiente a Linux para continuar.

Al iniciar Linux por primera vez, es probable que se te solicite configurar algunos aspectos básicos del sistema. Esto puede incluir la selección del idioma, la zona horaria y la configuración de la red. Asegúrate de conectarte a una red Wi-Fi o Ethernet para poder descargar actualizaciones y paquetes adicionales que puedan ser necesarios.

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Después de completar la configuración inicial, es recomendable actualizar el sistema para asegurarte de que tienes las últimas correcciones de seguridad y mejoras de software. Abre la terminal y ejecuta los comandos de actualización específicos de tu distribución, como sudo apt update y sudo apt upgrade en Ubuntu. Esto garantizará que tu sistema esté al día y funcione de manera óptima.

Solución de problemas comunes

Durante la instalación de Linux junto a Windows, es posible que te encuentres con algunos problemas comunes. A continuación, se presentan soluciones para los inconvenientes más frecuentes:

  1. No se detecta Windows durante la instalación: Si el instalador de Linux no detecta tu instalación de Windows, asegúrate de que Windows esté instalado en una partición primaria y que el sistema de archivos sea NTFS. Además, verifica que el arranque seguro (Secure Boot) esté desactivado en la BIOS/UEFI, ya que esto puede interferir con la detección de otros sistemas operativos.

  2. Problemas con el arranque dual: Si después de la instalación no puedes arrancar en Windows o Linux, es posible que el gestor de arranque (GRUB) no se haya configurado correctamente. Puedes intentar reparar GRUB utilizando una herramienta de recuperación como Boot-Repair. Arranca desde el USB de Linux, abre una terminal y sigue las instrucciones para instalar y ejecutar Boot-Repair.

  3. Espacio insuficiente en el disco: Si no puedes liberar suficiente espacio en el disco duro desde Windows, considera eliminar archivos innecesarios o mover datos a un almacenamiento externo. También puedes utilizar herramientas de particionado avanzadas como GParted desde el USB de arranque de Linux para gestionar las particiones de manera más eficiente.

  4. Problemas de compatibilidad de hardware: Algunos componentes de hardware pueden no ser compatibles de inmediato con Linux. Si experimentas problemas con la red, el sonido o la pantalla, busca controladores específicos para tu hardware en los foros de la comunidad de la distribución de Linux que estás utilizando. En muchos casos, los controladores adicionales pueden instalarse fácilmente desde el gestor de paquetes de la distribución.

Conclusión

Instalar Linux junto a Windows en un mismo ordenador es una excelente manera de aprovechar las ventajas de ambos sistemas operativos. Este proceso, aunque puede parecer intimidante al principio, es bastante accesible gracias a las herramientas y distribuciones amigables disponibles hoy en día. Al seguir los pasos adecuados, puedes disfrutar de la flexibilidad y el poder de Linux sin renunciar a la familiaridad y compatibilidad de Windows.

Además, tener un sistema de arranque dual te permite experimentar y aprender sobre Linux sin comprometer tu entorno de trabajo habitual. Esto es especialmente útil para desarrolladores, estudiantes y entusiastas de la tecnología que desean explorar nuevas posibilidades y mejorar sus habilidades técnicas. Con el tiempo, podrías descubrir que Linux ofrece soluciones más eficientes para ciertas tareas, lo que podría cambiar tu forma de interactuar con la tecnología.

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La instalación de Linux junto a Windows no solo amplía tus horizontes tecnológicos, sino que también te brinda la libertad de elegir el mejor sistema operativo para cada situación. Con un poco de preparación y cuidado, puedes disfrutar de lo mejor de ambos mundos en un solo ordenador.

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